Ralentización Sectorial de las Telecom

El dinamismo de los ingresos del conjunto de operadores de telecomunicaciones durante el primer trimestre de 2025 (1T-2025) confirma la llegada de un escenario de virtual estancamiento sectorial.

De acuerdo con cifras recopiladas y publicadas por The Competitive Intelligence Unit (The CIU), el crecimiento anual fue de apenas 1.2%, el más bajo desde el 1T-2021, al alcanzar un acumulado de $151.3 mil millones de pesos (mmp).

Este estancamiento es consecuencia directa de una combinación de factores estructurales, regulatorios y coyunturales que han frenado la trayectoria de una industria que venía registrando signos de robustez pospandemia.

Efectos por Segmento. Esta reducción en el ritmo de crecimiento es especialmente manifiesta en el desempeño del Segmento Móvil que representa 59.2% del total de los ingresos del sector, con un monto de $89.6 mmp. Si bien el consumo (+4.4%) y contratación de servicios móviles (+6.5%) ha mantenido su dinamismo, la venta de equipos registró una contracción de -6.6% durante el periodo.

Asimismo, el Segmento Fijo (Telefonía Fija y Banda Ancha Fija) repuntó pero en menor magnitud, al alcanzar ingresos por $25.9 mmp o 17.1% del total sectorial, esto es 3.1% más en su comparativo anual. Su crecimiento es atribuible principalmente al aumento en la contratación de accesos de banda ancha.

En contraste, el segmento de Televisión Restringida y Servicios Convergentes registró por primera vez en su historia reciente una caída de -0.6% con ingresos de $35.9 mmp o 23.7% del total, como consecuencia de una caída cada vez más pronunciada de las suscripciones a la TV de paga de -6.8% en su comparativo anual. Su provisión satelital sin empaquetamientos ni oferta de valor agregado continúa perdiendo relevancia para los hogares mexicanos.

Desaceleración Multicausal. La ralentización sectorial no puede entenderse sin mirar más allá de las cifras, en donde el entorno económico juega un papel importante.

El menor dinamismo en el consumo, derivado de una desaceleración económica nacional, ha impactado directamente en el gasto en la adquisición y renovación de equipos, así como en la contratación de servicios no esenciales, como es el caso de la televisión de paga.

A esto se suma un clima de incertidumbre regulatoria y el contexto geopolítico internacional.

La falta de definición y entereza en la política de competencia, los desafíos en la implementación de mecanismos para el rebalanceo competitivo, así como la falta de incentivos efectivos para el ejercicio de nuevas inversiones en redes fijas y móviles están generando un ambiente de pausa estratégica entre los operadores.

El entorno institucional tampoco ha favorecido al sector. La transición a una nueva autoridad sectorial ha minado la confianza de los inversionistas, quienes prefieren esperar antes de realizar jugadas estratégicas o despliegues de infraestructura. Especialmente, ante la falta del corpus normativo o las condiciones del juego para el mediano y largo plazos.

Mirada Al Futuro. El sector de las telecomunicaciones en México se encuentra en una encrucijada. Las cifras actuales no representan un colapso, pero sí una señal clara de advertencia.

La conectividad y la eficiencia en su provisión debe ser una prioridad nacional, especialmente en el contexto de creciente digitalización que requiere de una estrategia coordinada entre gobierno, reguladores y operadores.

Recuperar el dinamismo no será tarea fácil. Implica contar con certeza jurídica, fortalecer al regulador sectorial, definir una ruta eficaz para la competencia efectiva y generar condiciones conducentes de la inversión.

La conectividad no puede ser rehén de la incertidumbre y del vaivén macroeconómico. México requiere de un sector de telecomunicaciones fuerte, competitivo e inclusivo. El tiempo para actuar es ahora.

Ernesto Piedras