Estrategia Dual en Costos del Espectro: Reducción y Descuentos por Inversión

El espectro radioeléctrico, insumo esencial para la conectividad móvil, se ha convertido en México en una barrera más que en un elemento de desarrollo.

Nuestro país mantiene uno de los regímenes más onerosos del mundo, con derechos anuales que duplican el costo total del espectro respecto a los referentes internacionales. 

Este enfoque recaudatorio, lejos de fortalecer las finanzas públicas, ha tenido el efecto contrario: los operadores devuelven frecuencias, no tienen incentivos a participar en nuevas licitaciones, se registra un rezago en la cobertura de redes de nueva generación (5G) y una caída en los ingresos del erario.

En otras palabras, México cobra más y recauda menos, sacrificando inversión, competencia y expansión de redes.

Efectos del Sobreprecio del Espectro. La GSMA, organización internacional de operadores y empresas del ecosistema móvil, estima que, si México alineara sus costos con los niveles internacionales, cinco millones de personas más tendrían cobertura 4G y las velocidades de descarga serían un 32% mayores. 

Además, el país cuenta apenas con 562 MHz de espectro asignado, menos de la mitad del mínimo recomendado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). 

Frente a este panorama, la evidencia internacional es contundente: los países que han reformado su política espectral para hacerla más asequible no sólo han impulsado el despliegue de redes, sino que también han incrementado la recaudación en el mediano plazo vía el crecimiento sectorial.

Primera Vía: Reducción Nominal de Derechos. Una de las rutas más efectivas ha sido la reducción directa de las tarifas anuales del espectro. 

En el Reino Unido, el regulador Ofcom redujo en 26% los derechos por uso del espectro en 2025 al reconocer que las tarifas previas “sobreestimaban el valor económico del espectro y limitaban la inversión”. 

En la India, desde 2021 se eliminó el cargo anual para nuevas licencias, lo que detonó la mayor subasta 5G de su historia. Croacia, Nueva Zelanda y Australia han seguido caminos similares, ajustando sus tarifas para reflejar el valor real del recurso y estimular la inversión privada.

Estos casos demuestran que un régimen menos oneroso y más accesible del espectro genera mayor sostenibilidad fiscal, al traducirse en mayor despliegue de infraestructura, competencia y crecimiento económico. 

Reducir las tarifas no significa perder ingresos, sino abrir la puerta a un ciclo virtuoso de expansión de redes y servicios.

Segunda Vía: Descuentos por Inversión. La otra alternativa consiste en sustituir parte de los pagos en efectivo por compromisos de inversión en infraestructura, modelo adoptado en Brasil, Colombia y Perú. 

En el caso brasileño, la subasta 5G de 2021 reemplazó los pagos monetarios por obligaciones de cobertura. Así, más de 7,000 localidades y 2,350 tramos carreteros contarían con conectividad, alcanzando una cobertura nacional de 5G de 63.6% en apenas cuatro años.

Colombia y Perú aplican esquemas similares orientados al cierre de la brecha digital, permitiendo que los operadores deduzcan del canon anual las inversiones en zonas rurales o vulnerables. Estos mecanismos transforman obligaciones fiscales en infraestructura pública y retornos económicos y sociales tangibles.

Una Estrategia Dual para México. México requiere adoptar una estrategia dual: reducir nominalmente los derechos anuales —siguiendo los precedentes de India y Reino Unido— y, simultáneamente, implementar un esquema de descuentos o compensaciones por inversiones en despliegue, inspirado en el caso brasileño, con compromisos de alcance nacional.

El objetivo no es recaudar menos, sino recaudar mejor: vincular cada peso cobrado con resultados concretos en conectividad, cobertura y productividad. Sólo así se romperá el círculo vicioso de altos costos, cotención de inversiones y menor recaudación.

En otras palabras y refrendando lo que se ha venido señalando en este espacio, menos costo por MHz puede significar más conectividad, más inversión y, a la larga, más ingresos fiscales. 

México tiene la oportunidad de transformar su política espectral de un obstáculo fiscal a un verdadero catalizador de transformación digital.

Ernesto Piedras