En Abono al Entendimiento del Costo del Espectro

Una paradoja del uso de la conectividad que enfrenta México es evidente: a pesar de registrar un creciente uso de datos móviles, al superar 6 GB mensuales por usuario, escasamente 14% de su población tiene acceso a 5G, frente al 41% promedio de la OCDE. 

Este rezago tecnológico deriva en alta proporción de la excesiva carga fiscal que enfrentan los operadores por el uso del espectro, como ha sido advertido por múltiples voces del sector a nivel nacional e internacional, incluidas recientemente aquellas de los influyentes organismos internacionales como la OCDE y la GSMA.

La Brújula Internacional. La OCDE señala que el esquema recaudatorio mexicano, basado en subastas seguidas de cobros anuales desproporcionados, distorsiona la eficiencia económica del espectro y genera incentivos negativos en su tenencia.

En la misma línea, la GSMA subraya que más del 90% del costo total de espectro en México proviene de pagos anuales, cuando en la mayoría de los países esa proporción ronda apenas entre 5% y 10%. 

En otras palabras, mientras el mundo privilegia modelos asequibles y manejables, México insiste en uno de los más onerosos y poco conducentes de la inversión y la competencia.

Mediciones Confusas. A pesar de estos señalamientos, la recién creada Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT) difundió un boletín metodológico en días recientes en el que afirma que “el costo del espectro en México está 7% por debajo del promedio internacional”. 

Sin embargo, esta conclusión es arficiosa: el comparativo de la CRT no puntualiza la medición de bandas clave para 4G y 5G, omite el cálculo real del valor presente neto de los derechos anuales y utiliza una muestra heterogénea que mezcla países, regiones, tipos de licencias y obligaciones dispares.

La pretensión de la CRT de presentar a México como un país con espectro “barato” no resiste el contraste con la realidad. La evidencia demuestra que las bandas AWS/PCS, 2.5 GHz y 3.5 GHz registran sobreprecios que superan 90% frente al benchmark internacional, incluso después de ajustar valores a 2025. 

Efectos Reales en el Mercado. El alto costo no es una hipótesis académica o una conjetura de la industria, sino una realidad manifiesta en el mercado. Movistar devolvió su espectro por completo y AT&T algunas frecuencias en diferentes bandas. 

Asimismo, la recaudación por derechos anuales descendió 16% entre 2019 a 2024, y licitaciones de bloques del espectro han quedado desiertas, sin ningún interesado.

Esta combinación revela un círculo vicioso que la CRT no puntualiza en su comunicado: los costos altos han reducido la tenencia y uso del espectro, la menor tenencia reduce la recaudación y, consentemente, la menor recaudación propicia que se mantengan los precios altos y así sucesivamente, sin ninguna medida que permita abandonar este escenario.

Tanto la OCDE como la GSMA lo han señalado con claridad, los altos precios del espectro no solo frenan la inversión, sino que retrasan la adopción de tecnologías avanzadas, ralentizan la expansión de la cobertura y profundizan la brecha digital.

La GSMA estima que, si México alineara su política de espectro a estándares internacionales, cinco millones de personas adicionales tendrían cobertura 4G y las velocidades móviles serían 32% más rápidas.

La Ruta para Corregir el Rumbo. La realidad es clara: México tiene uno de los regímenes del espectro más caros del mundo, no importa si se compara con la media, mediana o cualquier muestra internacional. 

La estrategia es dual: reducir nominalmente los derechos anuales y establecer mecanismos de descuento ligados a inversiones, para acelerar la cobertura no sólo en zonas rurales y prioritarias, sino en todo el territorio.

Así el país podrá romper el círculo vicioso que enfrenta en materia del espectro. De otra forma, la persistencia de un esquema gravoso, regresivo y categóricamente cuestionado —por la OCDE, por la GSMA y por múltiples analistas— es condenar al país a seguir rezagado en un mercado en el que la conectividad es la infraestructura esencial del siglo XXI.

Ernesto Piedras